martes, 30 de septiembre de 2014

CULTURA PARACAS

Paracas fue una importante civilización precolombina del Antiguo Perú, del periodo denominado Formativo Superior u Horizonte Temprano, que se desarrolló en la península de Paracas, provincia de Pisco, región Ica, entre los años 700 a. C. y 200 d. C. Es contemporánea en parte con la cultura Chavín que se desarrolló en el norte del Perú. Buena parte de la información sobre los paracas proviene de las excavaciones arqueológicas emprendidas en Cerro Colorado («Paracas-Cavernas») y en Warikayan («Paracas-Necrópolis») por el arqueólogo peruano Julio C. Tello y su discípulo Toribio Mejía Xesspe en los años 1920. Actualmente se sabe que lo que Tello denominó como «Paracas-Necrópolis» pertenece a otra tradición cultural, la llamada cultura Topará, cuyo centro estaba ubicado más al norte, en el valle de Chincha.
Los paracas practicaban una textilería de alta calidad, en lana y algodón, así como una cerámica decorada y una cestería muy elaborada. También realizaban trepanaciones craneanas, cuyos fines aún se discuten.

La cultura paracas es la antecesora de la cultura nazca con la que tiene una evidente afinidad cultural; de hecho, para muchos especialistas, la fase final de Paracas es en realidad la fase inicial de la cultura nazca.

MAPA DE ÁREA DE EXTENSIÓN:

Mapa cultura paracas.png

Ubicación geográfica:
La cultura paracas se desarrolló principalmente entre los ríos Ica y Pisco y en la península de Paracas (Región Ica). En su época de mayor expansión, se extendió por el norte hasta Chincha y por el sur hasta Yauca en la región Arequipa.

Algunos creen que el principal centro de los paracas pudo estar ubicado en Tajahuana, en el valle de Ica, por el sector de Ocucaje. Se trataba de un poblado fortificado elevado sobre la cima de una peña de fácil defensa.
DIVISION DE LA CULTURA PARACAS:
Paracas Cavernas (700 a. C. - 500 a. C.)
Según Tello, es el periodo más antiguo, vinculado a la influencia chavín, especialmente en la cerámica. De acuerdo a los hallazgos realizados en Cerro Colorado, las tumbas paracas de este periodo fueron cavadas subterráneamente con una forma de copa de champán invertida o botella de cuello alto en una profundidad de más de 6 metros en donde colocaban a sus momias enfardeladas. Estas se encuentran en perfecto estado de conservación, gracias a las condiciones climáticas del desierto. Muchos de los cadáveres muestran prácticas de trepanaciones craneanas.
Los restos arqueológicos encontrados en Cerro Colorado incluyen momias masculinas y femeninas de diferentes edades. Los cuerpos están colocados en posición fetal y envueltos con textiles ordinarios y complejos, de colores brillantes y decorados con figuras de animales, peces, serpientes y formas geométricas.
Paracas Necrópolis (500 a. C. - 200 d. C.)
El periodo de Paracas-Necrópolis recibió su nombre por el hecho de que sus cementerios, de forma rectangular, descubiertos en Warikayan, estaban divididos en varios compartimientos o cámaras subterráneas, que a Tello le parecieron una «ciudad de los muertos» (necrópolis). Cada cámara grande supuestamente habría sido propiedad de una específica familia o clan, que enterraba a sus antepasados a lo largo de muchas generaciones.
Las tesis de Tello fueron cuestionadas por otros arqueólogos. En primer lugar, Warikayan no parece haber sido una necrópolis, sino un gran centro poblado, en algunas de cuyas edificaciones fueron depositados más de 400 fardos, hecho que hasta ahora no tiene una explicación satisfactoria. Podría haber sido un sitio considerado sagrado, por la coloración roja de sus cerros y su cercanía al mar, que lo relacionaría con la muerte y la regeneración.5 Y en segundo lugar, las manifestaciones culturales de este yacimiento no pertenecen a la cultura paracas propiamente dicha, sino a otra tradición cultural distinta, que ha sido denominada Topará y que se desarrolló en los valles de Cañete, Topará, Chincha y Pisco, hasta la península de Paracas como límite sur. Es decir, Warikayan se hallaba precisamente en la frontera de ambas culturas. Es probable que la cultura topará se impusiera bruscamente en la región tras una guerra de conquista. La presencia de armas en muchos fardos funerarios, así como la masiva presencia de cráneos rotos y trepanados, serían signos de una época muy violenta.

Cada momia está envuelta en muchas capas de textiles, algunos de los cuales son de extraordinaria calidad. Estos últimos, precisamente, son los que han hecho ganar fama a Paracas, ya que sus mejores ejemplares son muy esplendorosos. Son conocidos mundialmente como los Mantos Paracas. 



Cráneo deformado:



Descubridor:
La cultura paracas fue descubierta en julio de 1925 por el arqueólogo peruano Julio C. Tello, frente a la bahía de Paracas y al sur de Pisco. En agosto del mismo año, Tello, ayudado por su discípulo Toribio Mejía Xesspe, instaló un campamento arqueológico en el sitio.
El primer cementerio paracas fue hallado por Tello en las colinas de pórfido rojo conocidas como Cerro Colorado. En total halló 39 tumbas en forma de pozo, que él denominó “cavernas”, las cuales contenían fardos funerarios envueltos en finos mantos y rodeados de ceramios, instrumentos de caza, pieles de animales y alimentos.
En 1927, Tello, junto con Mejía Xesspe, descubrió otro cementerio, en Warikayan, muy cerca de Cerro Colorado, al que denominó Paracas-Necrópolis, donde halló 429 cadáveres momificados, envueltos cada uno con varios mantos, algunos de los cuales eran muy espléndidos. Son los célebres mantos paracas, conservados hoy en el MNAAHP.
Además de esos dos cementerios, Tello identificó en la península de Paracas un tercer cementerio, al que denominó Arena Blanca o Cabeza Larga, este último nombre debido a la presencia de cráneos deformados, de forma alargada. Allí, además de tumbas saqueadas, halló restos de viviendas subterráneas.










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